Leandro Fernández, de 102 años, se fue a West Virginia, 19
Posted: Tue Jul 22, 2003 12:59 am
La Nueva España
22 de julio, 2003
Gracias a la autora, Elisa Campo, por su permision poner el texto aqui.
Puedes ver el artículo original aqui: http://lne.es/secciones/aviles/noticia. ... Seccion=36
Vive para contar su historia en Virginia
Leandro Fernández, de 102 años, se fue de Castrillón para trabajar en 1920
Pillarno (Castrillón)
Elisa Campo
Foto del Leandro Fernández Peláez, junto a su casa, en Pillarno. [not shown--no muestrado]
Pocos son los que pueden contar en primera persona la historia de la emigración de avilesinos a Virginia Occidental hace ahora un siglo. Leandro Fernández Peláez, haciendo gala de una memoria asombrosa para sus 102 años, sí puede. «Embarqué en Vigo en 1920. Fui para conocer aquello», rememora este vecino de Pillarno, el más anciano del concejo.
En Virginia estuvo 4 años, según cuenta. «Allí trabajaba en una empresa siderúrgica». Su hijo, Ignacio Fernández-Sirgo, le pregunta sonriendo si le dio tiempo para echarse novia. Fernández Peláez niega con la cabeza. Su afición para los ratos de ocio, asegura, era otra: jugaba al fútbol en un equipo que se llamaba el Miranda. «El fútbol era de aficionados. Al lado del barrio, Zeising, había campo con un río, donde jugábamos. Algunas pelotas se marchaban. Trabajábamos y en los descansos jugábamos».
Había muchos emigrantes vecinos suyos. «Allí había industria, venían unos, marchaban otros. Todos nos conocíamos. Eran de Miranda, de PillarnoÉ La vida era parecida a la de aquí, porque eran casi todos españoles. Allí aprendí a hablar inglés». Aunque asegura que ya no recuerda el idioma, «porque hay que practicarlo», su hijo cuenta que no hace muchos años, en un aeropuerto, sorprendió a toda la familia hablando en inglés con una niña.
Comienzos difíciles
Los comienzos fueron difíciles. Se embarcó en Vigo, después de 14 días de viaje llegó a Nueva York y luego se trasladó a Virginia Occidental en tren. «En Nueva York escribías a la familia o a los amigos. Allí tenían un vicecónsul español para traducir las cosas. También había muchos comercios españoles. Emigraban personas y familias enteras. Se escribían unos a otros y decían cómo era aquello. Yo tenía una amistad allí. Y como no sabías bien el idioma te arrimabas a uno que hiciera de intérprete. Ibas conociendo aquello y apañándote. Pasábamos mucho tiempo pensando en nuestra patria. A veces había 40 o 50 de Pillarno allí. Como había un encargado que hacía de intérprete... También había un colegio en la fábrica, lo llevaban argentinos, para el que quisiese estudiar».
Cuenta que lo que ganaban en el trabajo dependía de lo que hicieran dentro de la empresa y el tiempo que llevaran. «Iba por escalafones. Luego vino un desastre para la fábrica, y el que pudo marchar se fue para donde le parecía». ¿Por qué regresó a Pillarno Leandro Fernández? «Volví porque mi padre se había quedado solo».
Pero no acabó aquí su periplo. Poco tiempo después comenzaron a alistar a gente. «Estuve poco tiempo y luego detuvieron a unos cuantos, uno de ellos Laureano el Rubio, para llevarlos a la guerra de África». Para evitar que le tocara a él, se fue a Cuba, donde tenía familia, y donde pasó dos años. Como era considerado un desertor, no podía volver a España. Sin embargo, Primo de Rivera ofreció una amnistía general (había que pagar un dinero). «Regresé después de pagar una cuota al Gobierno español, que quería perras». Esos viajes fueron suficientes, y Fernández no volvió a salir de Pillarno.
22 de julio, 2003
Gracias a la autora, Elisa Campo, por su permision poner el texto aqui.
Puedes ver el artículo original aqui: http://lne.es/secciones/aviles/noticia. ... Seccion=36
Vive para contar su historia en Virginia
Leandro Fernández, de 102 años, se fue de Castrillón para trabajar en 1920
Pillarno (Castrillón)
Elisa Campo
Foto del Leandro Fernández Peláez, junto a su casa, en Pillarno. [not shown--no muestrado]
Pocos son los que pueden contar en primera persona la historia de la emigración de avilesinos a Virginia Occidental hace ahora un siglo. Leandro Fernández Peláez, haciendo gala de una memoria asombrosa para sus 102 años, sí puede. «Embarqué en Vigo en 1920. Fui para conocer aquello», rememora este vecino de Pillarno, el más anciano del concejo.
En Virginia estuvo 4 años, según cuenta. «Allí trabajaba en una empresa siderúrgica». Su hijo, Ignacio Fernández-Sirgo, le pregunta sonriendo si le dio tiempo para echarse novia. Fernández Peláez niega con la cabeza. Su afición para los ratos de ocio, asegura, era otra: jugaba al fútbol en un equipo que se llamaba el Miranda. «El fútbol era de aficionados. Al lado del barrio, Zeising, había campo con un río, donde jugábamos. Algunas pelotas se marchaban. Trabajábamos y en los descansos jugábamos».
Había muchos emigrantes vecinos suyos. «Allí había industria, venían unos, marchaban otros. Todos nos conocíamos. Eran de Miranda, de PillarnoÉ La vida era parecida a la de aquí, porque eran casi todos españoles. Allí aprendí a hablar inglés». Aunque asegura que ya no recuerda el idioma, «porque hay que practicarlo», su hijo cuenta que no hace muchos años, en un aeropuerto, sorprendió a toda la familia hablando en inglés con una niña.
Comienzos difíciles
Los comienzos fueron difíciles. Se embarcó en Vigo, después de 14 días de viaje llegó a Nueva York y luego se trasladó a Virginia Occidental en tren. «En Nueva York escribías a la familia o a los amigos. Allí tenían un vicecónsul español para traducir las cosas. También había muchos comercios españoles. Emigraban personas y familias enteras. Se escribían unos a otros y decían cómo era aquello. Yo tenía una amistad allí. Y como no sabías bien el idioma te arrimabas a uno que hiciera de intérprete. Ibas conociendo aquello y apañándote. Pasábamos mucho tiempo pensando en nuestra patria. A veces había 40 o 50 de Pillarno allí. Como había un encargado que hacía de intérprete... También había un colegio en la fábrica, lo llevaban argentinos, para el que quisiese estudiar».
Cuenta que lo que ganaban en el trabajo dependía de lo que hicieran dentro de la empresa y el tiempo que llevaran. «Iba por escalafones. Luego vino un desastre para la fábrica, y el que pudo marchar se fue para donde le parecía». ¿Por qué regresó a Pillarno Leandro Fernández? «Volví porque mi padre se había quedado solo».
Pero no acabó aquí su periplo. Poco tiempo después comenzaron a alistar a gente. «Estuve poco tiempo y luego detuvieron a unos cuantos, uno de ellos Laureano el Rubio, para llevarlos a la guerra de África». Para evitar que le tocara a él, se fue a Cuba, donde tenía familia, y donde pasó dos años. Como era considerado un desertor, no podía volver a España. Sin embargo, Primo de Rivera ofreció una amnistía general (había que pagar un dinero). «Regresé después de pagar una cuota al Gobierno español, que quería perras». Esos viajes fueron suficientes, y Fernández no volvió a salir de Pillarno.