Saludos.
Me pongo a sus instrucciones bajo la premisa asturiana: «Haz bien y espera el leñazo que te den». Quede asentado que esta premisa fue una de las tantas cosas que me heredó mi abuelo oriundo de esas tierras, (Ribadesella) a principios del siglo anterior.
Aprovecho la ocasión para compartirles algunos sentires que aparecieron en los veintiseis años que compartí con Manuel Ruisánchez Martínez (mi abuelo):
El hablar de la guerra española (motivo que lo lanzó de su tierra) era molesto para Él, al grado de tristeza, por lo que me quedó un enorme hueco de información. Su infancia fue paupérrima, pero rodeado y protegido por su familia que lo enseñó como el menor de los varones a manejar las herramientas agrícolas mas de vista que de hecho.
Recordaba la muerte de su hermana menor por frío después de haber nadado en el cantábrico (imagino que en invierno). Su padre Gabriel se desempeñaba como caballerango de los Marqueses de Argüelles y su madre a la crianza de once y a la labranza de las hortalizas propias. Los hermanos mayores se fueron enfilando a la guerrilla y su padre decidió embarcar en 1917 a los dos menores (Mi abuelo y su hermana María) hacia Cuba en el Alfonso XIII para que los recibiera un tio de nombre José en la Habana .
Al preguntarle por su familia resumía adustamente respondiendo: Ya todos están muertos. Y si se le insistía con las preguntas del ¿Por qué? ¿Cómo?, decía invariablemente: POR LA GUERRA.
Al año siguiente dejó a su hermana en Cuba y partió para México (Veracruz) con el fin de hacer su vida. Enfermó de paludismo y sintiéndose sentenciado a morir, se montó en el tren para conocer la capital y cumplir su sueño de comprar una bicicleta. Quiero hacer un paréntesis para comentar que este hecho de la bicicleta, fue algo que lo marcó de por vida ya que por medio del ciclismo desarrolló su principal fortaleza al imponer marcas aún vigentes en México como el campeonato Nacional de Gran Fondo con 266 kilómetros, y el recorrido de Guadalajara a Mazatlán sin escalas. La mayor parte de su tiempo la gastaba montado al sillín de la bicicleta, alternando con un negocio de ese giro (agencia) hasta que casó y procreó tres hijos con Marina. Posteriormente descubrió la emoción del alpinismo escalando las principales cumbres del país (Pico de Orizaba, Popocatépetl, y Nevado de Toluca) ¿Estos deportes fueron populares en Asturias?
Para los 50´s se mudó de nuevo, esta vez a Guadalajara, donde se abocó a la instrucción de jóvenes ciclistas, entre ellos mi papá, a los que dedicó literalmente alma, corazón y plata. Los frutos… una cantera de campeones (frase suya) enfundados con la casaca del Pedal y Fibra, club deportivo que fundó para satisfacer el beneplácito personal. Y aunque el contaba con la nacionalidad mexicana, la población lo refería como «El Asturiano». Más que por su marcado ceceo por la disciplina y tenacidad que imponía a todo su actuar, algo poco usado por estos lares.
Murió con los honores del reconocimiento por la labor cumplida por parte de todos los suyos, que no se limitaba a su familia, sino a todos sus pupilos y amigos, de los que por seguro guardaba al menos una fotografía entre las miles que desordenadamente llenaban las cincuenta cajas repletas (literal). Otra afición que le hechizaba y en la que no le quedó tiempo para comentar profundamente.
Si para alguien resulta interesante al grado de comentar y compartir símiles de la vida de este Asturiano en México y de la herencia que dejó al provocarme además de la nacionalidad española el anhelo de cruzar la ultramar en barco e ir a cerrar mi vida enAsturias, una tierra donde a todas luces se ve que son buenos y se cuidan entre ellos (espero me acepten), ya que por este lado (México) se está desatando otra guerra con el narcotráfico, toda proporción guardada, que no permite desempeñarse profesionalmente. Quedo pendiente.
Por su atención…
GRACIAS.
En especial a Art, por la plataforma de comunicación y a quien corresponda lo de la traducción.
Quedo como servidor y amigo...si ustedes quieren.
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I'll add an English translation of this post below.
Bob Martinez
Greetings.
The Asturian saying “no good deed goes unpunished" was one of the many things I learned from my grandfather, who was born in Ribadesella shortly after 1900.
I would like to share with you some feelings that appeared in the twenty-six years I shared with my grandfather, Ruisánchez Manuel Martínez.:
Talking about the Spanish Civil War was difficult for him, caused him great sadness, and left me with a huge information gap. He grew up poor but surrounded and protected by his family, who taught him, the youngest of their boys, to handle agricultural tools. He remembered his younger sister, who died after swimming in the Cantabrian Sea in the cold of winter. His father worked as a groom for Gabriel, Marquis de Argüelles, and his mother raised eleven children and grew her own vegetables.In 1917, when his older brothers were lining up to become guerrillas, his father decide to send two children, my grandfather and his sister María, to Cuba on the ship Alfonso XIII, who were met by a man named José in la Habana.
When asked about his family, he would reply grimly “They are all dead.’ If the questioner persisted and asked how or why, he would invariably answer “by war.”
The following year he left his sister in Cuba and went to Veracruz, Mexico, to make his new life. Sick with malaria and thinking he may die, he took a train to the capital and fulfill his dream of buying a bicycle .This bike was something that marked him for life because of his strength in cycling, winning events still ongoing in Mexico, such as the National Championship with 266 kilometers in the Gran Fondo race, and the nonstop route from Guadalajara to Mazatlán. He spent most of his time racing his bicycle, alternating with a business venture, until he married Marina and had three children. Later he discovered the thrill of climbing the country's major mountain summits, Pico de Orizaba, Popocatépetl and Nevado de Toluca. Were these sports popular in Asturias?
In the 1950s he moved again, this time to Guadalajara, México, where he devoted himself to training young cyclists, including my dad, heart, soul and funding. The fruit of his actions was “a quarry of champions” (his phrase), wearing the jacket of the Pedal and Fiber, a sports club he founded to welcome fellow cycling enthusiasts. Though a Mexican national, people called him "The Asturian,” not only because of his accent, but also because of the discipline and tenacity he exhibited in all of his all his actions, a rare quality around here.
When he died, he was honored for all of the work he had done, not only for his family, but for all his pupils and friends. This was only one of the thousands of photos that filled a disorderly fifty boxes(quite literally). The photos were a hobby that charmed him, but which he had no time to discuss deeply.
There are similarities and differences between his life and mine, an Asturiano living in México, and the heritage that makes me wish for Spanish nationality, besides my desire to travel across the ocean to close my life in Asturias. Asturias, a land where the sun shines brightly on ane and all, where people care for one another, and hopefully where they will accept me. On this side of the pond México is unleashing another war against drug traffickers, which has so disrupted society that I can no longer practice my profession.
Gracias,
Gabriel Ruisánchez.
Me presento en espera de poderles servir.
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Hola gabolom
Hola gabolom,
Gracias por las interesantes historias de viajes de su familia a América del Norte.
Bienvenido al foro,
Joni
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Joni
Joniwrite1