Bueno: España no es nación de naciones/not nation of natio
Posted: Wed Oct 26, 2005 3:38 pm
I'm going to post here an article from La Nueva España which deals with this theme. What do you think of the ideas of Bueno on nationality, unity, and identity?
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Voy a poner aquí una artículo en LNE que trata de esta tema.
¿Qué piensas de los ideas de Bueno sobre nación, unidad e identidad?
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Bueno: «España no es nación de naciones, porque son conceptos que se excluyen»
de Modém Press
La Nueva España, 26 Octobre 2005, Sociedad y Cultura
El filósofo participó en un debate en Madrid con el abogado y ex ministro José Manuel Otero Novas y con el obispo auxiliar Eugenio Romero Pose
Madrid, Módem Press
«La Europa de los burócratas es una Europa de papel, impresentable y una catástrofe para España». Así de contundente se mostró el catedrático Gustavo Bueno en la mesa de debate «España, Europa, valores», organizada por el Instituto de Estudios de la Democracia y celebrada en la Universidad San Pablo CEU de Madrid.
Bueno compartió coloquio con el obispo auxiliar de Madrid, Eugenio Romero Pose, y con el presidente del Instituto de Estudios de la Democracia y ex ministro, José Otero Novas. El filósofo asturiano, verdadero protagonista del debate, exploró los conceptos de «unidad» e «identidad» a lo largo de la historia de la Península. Para Bueno, la presencia de uno de estos conceptos no supone la presencia necesaria del otro. Así, en el caso de España, su unidad comienza con la presencia de Roma y su identidad es la propia Roma. Con la invasión visigoda, España mantuvo su unidad, pero pierde su identidad romana. «La identidad española se produce con la invasión musulmana desde los pequeños territorios que resisten su impulso», afirmó. Las nuevas monarquías rompen incluso nominalmente con los visigodos -desaparecen los nombres como Leovigildo y se imponen los Alfonsos- y adoptan un carácter imperialista tomado éste en su acepción antropológica de desbordamiento de sus propias fronteras. «Esta idea imperialista la heredan las generaciones posteriores y por eso España invade parte del norte de África y se descubre América por casualidad al buscar un camino para atacar a los musulmanes por la espalda», afirmó Bueno.
El filósofo afincado en Asturias sostuvo que es impropio utilizar el concepto de nación étnica para definir los estados españoles en la Edad Media, ya que éstos se situaban más cerca del concepto romano de «gens», mientras que «nación étnica» se empleaba para definir a los pueblos que rodeaban al Imperio romano. «La idea de "nación" en la Edad Media no tenía el significado político actual», apuntó el director de «El Basilisco», para el que la nación histórica nace por encima de las etnias tras fundirlas. «Así, España no es una nación de naciones, porque son conceptos que se excluyen inmediatamente el uno al otro», sostuvo Bueno.
Para el filósofo, la nación política nace en la Revolución Francesa -«que se enteren Zapatero y su banda», afirmó- y como tal es una emanación del nuevo Estado que sustituye al Antiguo Régimen. Serían las Cortes de Cádiz en España las que por primera vez fijarían el concepto de nación española. «Por lo tanto, es ridículo que se reclamen conceptos como nación histórica» más allá de un uso para identificar a las naciones étnicas, como hizo Alfonso VII al reclamar un servicio «de la nación asturiana». La identificación entre nación y cultura es, según Bueno, «un invento alemán que ahora utilizan los nacionalistas. Se inventan una cultura y con ésta justifican la invención de una nación».
Nacionalismos
Bueno arremetió contra los nacionalismos, desde los decimonónicos, como el de Pi i Margall -«era un fantasmón que no se le ocurrió otra perogrullada que decir que antes que español era persona»-, o los que se remontan a la Prehistoria para justificar la existencia de su nación. Así, Bueno, riojano de nacimiento, recordó que fue invitado a integrarse en ETA para, entre otras cosas, «recuperar el euskera, la lengua del Paraíso, a lo que respondí que no me parecía bien acercarme al chimpancé».
Sobre el concepto de Europa, sostuvo que nació en Persia como un término geográfico del que no eran conscientes los propios europeos. Hasta el advenimiento del emperador Constantino, que hizo del cristianismo la religión propia del Imperio, los emperadores romanos no fueron expansionistas, sino que ampliaban sus fronteras para defenderse de las amenazas externas. Tras Constantino, los misioneros cristianos cruzaron las fronteras del Imperio y «trajeron» a los godos a Europa integrándolos por medio del cristianismo. Otros pueblos, como los hunos y, más adelante, los musulmanes no adoptaron el cristianismo y, por lo tanto, no se integraron en Europa. «Así, Europa no se crea como una unidad política, sino a través de la cultura cristiana, aunque ahora no se lo reconozca explícitamente ese "baci-yelmo" que es la Constitución europea».
Para Bueno, es imposible defender un valor de cualquier tipo sin atacar a otro. Así una solidaridad de tipo religioso o político se define en oposición a otras solidaridades (franceses/españoles, obreros/patronos, cristianos/musulmanes), por lo que es imposible que se dé en la práctica la solidaridad de todos los hombres, «porque tendría que darse contra los marcianos». Bueno atacó la idea de la «Europa sublime», esto es, una Europa como vanguardia de humanidades, Venus enfrentada a Marte, porque «la gente quiere olvidar que la unión de Europa es una idea nazi que se convirtió en norteamericana tras la II Guerra Mundial para enfrentarse a la URSS». Fue más allá y afirmó que los burócratas han retomado esta idea de Europa, «pero de una Europa de papel, impresentable, que es una catástrofe para España». Para el filósofo, «Europa es un ideal favorecido por los separatistas y así suelen decir que en Europa nos reuniremos de nuevo. España quedaría arruinada en la Europa de las regiones», dijo.
«Hay muchas izquierdas»
Como colofón y en respuesta a una pregunta del público, que acudió masivamente al acto, Bueno negó que la izquierda sea por definición antipatriótica: «Hay muchas izquierdas: jacobinos, comunistas, anarquistas. Unos niegan la nación y otros no, pero quien necesariamente se oponía al concepto nación era el Antiguo Régimen. Sin embargo, no está claro qué es la izquierda, ya que, para Lenin, Mao o Stalin, ésta no deja de ser un concepto burgués superado».
José Manuel Otero Novas se refirió al proyecto del Estatuto catalán como uno de los retos más importantes que ha afrontado España desde la llegada de la democracia. «Todo lo que afecta a los cimientos de España exige un estudio amplio de todos los ciudadanos y cuando su criterio esté ya formado empieza la labor de los políticos. Otro comportamiento, aunque legal, no sería compatible con la democracia».
Por su parte, el obispo Eugenio Romero Pose se refirió a las reinterpretaciones de la historia. El prelado se refirió a la pastoral de los obispos vascos del año 2002 sobre la ilegalización de HB y al posterior documento de la Conferencia Episcopal en el que se condenaba el terrorismo, pero que no fue entendido por los medios, diciéndose entonces que había una idolatría del nacionalismo que acababa justificando el terrorismo. «El nacionalismo acaba siempre tendiendo al totalitarismo y las naciones consideradas aisladamente no tienen derecho absoluto a tomar decisiones de separarse, excepto en caso de colonización, invasión injusta o ataque a los derechos humanos» afirmó.
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Voy a poner aquí una artículo en LNE que trata de esta tema.
¿Qué piensas de los ideas de Bueno sobre nación, unidad e identidad?
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Bueno: «España no es nación de naciones, porque son conceptos que se excluyen»
de Modém Press
La Nueva España, 26 Octobre 2005, Sociedad y Cultura
El filósofo participó en un debate en Madrid con el abogado y ex ministro José Manuel Otero Novas y con el obispo auxiliar Eugenio Romero Pose
Madrid, Módem Press
«La Europa de los burócratas es una Europa de papel, impresentable y una catástrofe para España». Así de contundente se mostró el catedrático Gustavo Bueno en la mesa de debate «España, Europa, valores», organizada por el Instituto de Estudios de la Democracia y celebrada en la Universidad San Pablo CEU de Madrid.
Bueno compartió coloquio con el obispo auxiliar de Madrid, Eugenio Romero Pose, y con el presidente del Instituto de Estudios de la Democracia y ex ministro, José Otero Novas. El filósofo asturiano, verdadero protagonista del debate, exploró los conceptos de «unidad» e «identidad» a lo largo de la historia de la Península. Para Bueno, la presencia de uno de estos conceptos no supone la presencia necesaria del otro. Así, en el caso de España, su unidad comienza con la presencia de Roma y su identidad es la propia Roma. Con la invasión visigoda, España mantuvo su unidad, pero pierde su identidad romana. «La identidad española se produce con la invasión musulmana desde los pequeños territorios que resisten su impulso», afirmó. Las nuevas monarquías rompen incluso nominalmente con los visigodos -desaparecen los nombres como Leovigildo y se imponen los Alfonsos- y adoptan un carácter imperialista tomado éste en su acepción antropológica de desbordamiento de sus propias fronteras. «Esta idea imperialista la heredan las generaciones posteriores y por eso España invade parte del norte de África y se descubre América por casualidad al buscar un camino para atacar a los musulmanes por la espalda», afirmó Bueno.
El filósofo afincado en Asturias sostuvo que es impropio utilizar el concepto de nación étnica para definir los estados españoles en la Edad Media, ya que éstos se situaban más cerca del concepto romano de «gens», mientras que «nación étnica» se empleaba para definir a los pueblos que rodeaban al Imperio romano. «La idea de "nación" en la Edad Media no tenía el significado político actual», apuntó el director de «El Basilisco», para el que la nación histórica nace por encima de las etnias tras fundirlas. «Así, España no es una nación de naciones, porque son conceptos que se excluyen inmediatamente el uno al otro», sostuvo Bueno.
Para el filósofo, la nación política nace en la Revolución Francesa -«que se enteren Zapatero y su banda», afirmó- y como tal es una emanación del nuevo Estado que sustituye al Antiguo Régimen. Serían las Cortes de Cádiz en España las que por primera vez fijarían el concepto de nación española. «Por lo tanto, es ridículo que se reclamen conceptos como nación histórica» más allá de un uso para identificar a las naciones étnicas, como hizo Alfonso VII al reclamar un servicio «de la nación asturiana». La identificación entre nación y cultura es, según Bueno, «un invento alemán que ahora utilizan los nacionalistas. Se inventan una cultura y con ésta justifican la invención de una nación».
Nacionalismos
Bueno arremetió contra los nacionalismos, desde los decimonónicos, como el de Pi i Margall -«era un fantasmón que no se le ocurrió otra perogrullada que decir que antes que español era persona»-, o los que se remontan a la Prehistoria para justificar la existencia de su nación. Así, Bueno, riojano de nacimiento, recordó que fue invitado a integrarse en ETA para, entre otras cosas, «recuperar el euskera, la lengua del Paraíso, a lo que respondí que no me parecía bien acercarme al chimpancé».
Sobre el concepto de Europa, sostuvo que nació en Persia como un término geográfico del que no eran conscientes los propios europeos. Hasta el advenimiento del emperador Constantino, que hizo del cristianismo la religión propia del Imperio, los emperadores romanos no fueron expansionistas, sino que ampliaban sus fronteras para defenderse de las amenazas externas. Tras Constantino, los misioneros cristianos cruzaron las fronteras del Imperio y «trajeron» a los godos a Europa integrándolos por medio del cristianismo. Otros pueblos, como los hunos y, más adelante, los musulmanes no adoptaron el cristianismo y, por lo tanto, no se integraron en Europa. «Así, Europa no se crea como una unidad política, sino a través de la cultura cristiana, aunque ahora no se lo reconozca explícitamente ese "baci-yelmo" que es la Constitución europea».
Para Bueno, es imposible defender un valor de cualquier tipo sin atacar a otro. Así una solidaridad de tipo religioso o político se define en oposición a otras solidaridades (franceses/españoles, obreros/patronos, cristianos/musulmanes), por lo que es imposible que se dé en la práctica la solidaridad de todos los hombres, «porque tendría que darse contra los marcianos». Bueno atacó la idea de la «Europa sublime», esto es, una Europa como vanguardia de humanidades, Venus enfrentada a Marte, porque «la gente quiere olvidar que la unión de Europa es una idea nazi que se convirtió en norteamericana tras la II Guerra Mundial para enfrentarse a la URSS». Fue más allá y afirmó que los burócratas han retomado esta idea de Europa, «pero de una Europa de papel, impresentable, que es una catástrofe para España». Para el filósofo, «Europa es un ideal favorecido por los separatistas y así suelen decir que en Europa nos reuniremos de nuevo. España quedaría arruinada en la Europa de las regiones», dijo.
«Hay muchas izquierdas»
Como colofón y en respuesta a una pregunta del público, que acudió masivamente al acto, Bueno negó que la izquierda sea por definición antipatriótica: «Hay muchas izquierdas: jacobinos, comunistas, anarquistas. Unos niegan la nación y otros no, pero quien necesariamente se oponía al concepto nación era el Antiguo Régimen. Sin embargo, no está claro qué es la izquierda, ya que, para Lenin, Mao o Stalin, ésta no deja de ser un concepto burgués superado».
José Manuel Otero Novas se refirió al proyecto del Estatuto catalán como uno de los retos más importantes que ha afrontado España desde la llegada de la democracia. «Todo lo que afecta a los cimientos de España exige un estudio amplio de todos los ciudadanos y cuando su criterio esté ya formado empieza la labor de los políticos. Otro comportamiento, aunque legal, no sería compatible con la democracia».
Por su parte, el obispo Eugenio Romero Pose se refirió a las reinterpretaciones de la historia. El prelado se refirió a la pastoral de los obispos vascos del año 2002 sobre la ilegalización de HB y al posterior documento de la Conferencia Episcopal en el que se condenaba el terrorismo, pero que no fue entendido por los medios, diciéndose entonces que había una idolatría del nacionalismo que acababa justificando el terrorismo. «El nacionalismo acaba siempre tendiendo al totalitarismo y las naciones consideradas aisladamente no tienen derecho absoluto a tomar decisiones de separarse, excepto en caso de colonización, invasión injusta o ataque a los derechos humanos» afirmó.