Me parece muy bonita esta petición de josearl, que recuerde los cuentos que le contaban para dormir sus padres, en español, y muy duro que a pesar de ello, haya olvidado el idioma.
no se como hará para entenderlo, pero le pegaré el cuento entero, tal como me lo contaban a mi mis padres y tal y como se lo conté yo a mis hijos.
El gallo Kiriko
Erase una vez un gallo muy presumido que, recibió una invitación para ir a la boda de su tío Perico.
Cuando llegó el día de la boda, se levantó temprano, eligió sus mejores galas, su cresta mas colorada y sus plumas más ricas, y se dirigió caminando a la ciudad próxima, donde se celebraba la boda de su tío Perico.
Pero tan temprano era, que Kiriko se olvidó de desayunar, pensó, ¡bah!, puedo esperar a la hora del banquete, y siguió caminando.
Mientras iba andando, se encontró con Gusanito, que estaba tomando el sol en una charca. Mmmm…¡que bocado mas rico!, pensó
Se aproximó al suculento manjar y ya se disponía a clavar en él su brillante pico para comerse a Gusanito, cuando de repente se sobresaltó y se dijo: "Si pico me mancho el focico y asi no puedo ir a la boda de mi Tío Perico, ¿Qué hago, pico o no pico? ¿pico o no pico?
Después de pensárselo un ratito, picó, el gusanito se comió y el focico mucho, mucho se ensució.
¡Ay!, su brillante y bonito pico había quedado como un estercolero, así no podía ir a la boda de su tío Perico, tenía que encontrar una solución.
Siguió caminando y llegó a un prado de fresca hierba que le dijo:
- Buenos dias gallo Kiriko, ¿Dónde vas tan tempranito, con tu cresta colorada, tu traje de plumas mas rico y de barro manchado el focico?
- Hierba, límpiame el focico, para ir a la boda del tío Perico.
- Te lo limpiaré si me dices dónde está gusanito, contestó la hierba.
- No lo se, hoy no le he visto, y para disimular gritaba:
- ¡Gusano, gusanito! ¿Dónde estás que hoy no te he visto?
Y Gusanito contestaba:
-¡Aquí estoy, en la barriga del gallo Kirico que va a la boda del tío Perico!
- Entonces, la hierba se enfadó mucho y le dijo: Por mentiroso, límpiate tú solo el focico
Cabizbajo siguió su camino el gallo, cuando se encontró con un conejo que le dijo:
- Buenos dias gallo Kiriko, ¿Dónde vas tan tempranito, con tu cresta colorada, tu traje de plumas mas rico y de barro manchado el focico?
- Conejo, cómete a la hierba que no quiso limpiarme el focico para ir a la boda del tío Perico. A lo que el conejo contestó:
- Me la comeré si me dices dónde está Gusanito
- No lo se, hoy no le he visto, y para disimular gritaba:
- ¡Gusano, gusanito! ¿Dónde estás que hoy no te he visto?
Y Gusanito contestaba:
-¡Aquí estoy, en la barriga del gallo Kirico que va a la boda del tío Perico!
- Entonces, el conejo se enfadó mucho y le dijo: Por mentiroso, ¡límpiate tú solo el focico!
Prosiguió Kiriko su viaje y se encontró con una oveja que estaba paciendo en la pradera, la oveja le saludó asi:
- Buenos dias gallo Kiriko, ¿Dónde vas tan tempranito, con tu cresta colorada, tu traje de plumas mas rico y de barro manchado el focico?
- Oveja, asusta al conejo, que no quiso comer la hierba, que no quiso limpiarme el focico para ir a la boda del tío Perico.
- Beee…La comeré si me dices dónde está Gusanito, contestó la oveja, a lo que Kiriko contestó:
- No lo se, hoy no le he visto, y para disimular gritaba:
- ¡Gusano, gusanito! ¿Dónde estás que hoy no te he visto?
Y el gusanito contestaba:
-¡Aquí estoy, en la barriga del gallo Kirico que va a la boda del tío Perico!
- Entonces, la oveja se enfadó mucho y le dijo: Beee…Por mentiroso, ¡límpiate tú solo el focico!, y dándose media vuelta continuó paciendo tranquilamente.
Siguió caminando, y a la vuelta de un recodo encontró al perro que estaba cuidando del rebaño, el perro le dijo:
- Guau, guau…Buenos dias gallo Kiriko, ¿Dónde vas tan tempranito, con tu cresta colorada, tu traje de plumas mas rico y de barro manchado el focico?
- Perro, corre a la Oveja, que no quiso asustar al conejo, que no quiso comer la hierba, que no quiso limpiarme el focico para ir a la boda del tío Perico.
- Guau, guau…La correré si me dices dónde está Gusanito, contestó el perro, a lo que Kiriko replicó:
- No lo se, hoy no le he visto, y para disimular gritaba:
- ¡Gusano, gusanito! ¿Dónde estás que hoy no te he visto?
Y el gusanito contestaba:
-¡Aquí estoy, en la barriga del gallo Kirico que va a la boda del tío Perico!
- Entonces, el perro se enfadó mucho y le dijo: Guau, guau…Por mentiroso, ¡límpiate tú solo el focico!, y dándose media vuelta le dijo adiós con el rabo.
Siguió Kiriko caminando, y cuando se adentraba en el bosque, se encontró con el lobo que estaba escondido tras unos matorrales, y el lobo le dijo:
- Buenos dias gallo Kiriko, ¿Dónde vas tan tempranito, con tu cresta colorada, tu traje de plumas mas rico y de barro manchado el focico?
- Lobo, come al Perro, que no quiso correr a la Oveja, que no quiso asustar al conejo, que no quiso comer la hierba, que no quiso limpiarme el focico para ir a la boda del tío Perico.
- Auuuu, auuuu…Lo comeré si me dices dónde está gusanito, contestó el lobo, a lo que Kiriko replicó:
- No lo se, hoy no le he visto, y para disimular gritaba:
- ¡Gusano, gusanito! ¿Dónde estás que hoy no te he visto?
Y el gusanito contestaba:
-¡Aquí estoy, en la barriga del gallo Kirico que va a la boda del tío Perico!
Entonces, el lobo se enfadó mucho y le dijo: Auuu, auuuu…Por mentiroso, ¡límpiate tú solo el focico!,
El gallo Kirico siguió andando y de repente dio un traspiés, miró al suelo, y vio que se había tropezado con un palo enorme, el palo le dijo:
- Buenos dias gallo Kiriko, ¿Dónde vas tan tempranito, con tu cresta colorada, tu traje de plumas mas rico y de barro manchado el focico?
- Palo, pega al lobo, que no quiso comer al perro, que no quiso correr a la oveja, que no quiso asustar al conejo, que no quiso comer la hierba, que no quiso limpiarme el focico para ir a la boda del tío Perico.
- Lo comeré si me dices dónde está gusanito, contestó el palo, a lo que Kiriko replicó:
- No lo se, hoy no le he visto, y para disimular gritaba:
- ¡Gusano, gusanito! ¿Dónde estás que hoy no te he visto?
Y el gusanito contestaba:
-¡Aquí estoy, en la barriga del gallo Kirico que va a la boda del tío Perico!
Entonces, el palo se enfadó mucho y le dijo: Por mentiroso, ¡límpiate tú solo el focico!,
Muy apenado y con el pico manchado, el gallo Kirico caminó y caminó..., cuando a lo lejos divisó una hoguera. Se acercó y el fuego le saludó:
- Buenos dias gallo Kiriko, ¿Dónde vas tan tempranito, con tu cresta colorada, tu traje de plumas mas rico y de barro manchado el focico?
- Fuego, quema al palo, que no quiso pegar al lobo, que no quiso comer al perro, que no quiso correr a la oveja, que no quiso asustar al conejo, que no quiso comer la hierba, que no quiso limpiarme el focico para ir a la boda del tío Perico.
- Lo comeré si me dices dónde está gusanito, contestó el fuego, a lo que Kiriko replicó:
- No lo se, hoy no le he visto, y para disimular gritaba:
- ¡Gusano, gusanito! ¿Dónde estás que hoy no te he visto?
Y el gusanito contestaba:
-¡Aquí estoy, en la barriga del gallo Kirico que va a la boda del tío Perico!
Entonces, la hoguera se enfadó mucho y le dijo chisporroteando: Por mentiroso, ¡límpiate tú solo el focico!.
Kirico se alejó moviendo su cresta. Iba pensando tristemente que la boda comenzaría sin él. De repente levantó su cabeza y escuchó. Oía un ruido. ¡Sí!, era el choque del agua contra las piedras. Corrió y se encontró con un río, y le pidió al agua:
- Buenos dias gallo Kiriko, ¿Dónde vas tan tempranito, con tu cresta colorada, tu traje de plumas mas rico y de barro manchado el focico?
- Agua, apaga el fuego, que no quiso quemar el palo, que no quiso pegar al lobo, que no quiso comer al perro, que no quiso correr a la oveja, que no quiso asustar al conejo, que no quiso comer la hierba, que no quiso limpiarme el focico para ir a la boda del tío Perico.
- Lo apagaré si me dices dónde está Gusanito, contestó el agua, a lo que Kiriko replicó:
- No lo se, hoy no le he visto, y para disimular gritaba:
- ¡Gusano, gusanito! ¿Dónde estás que hoy no te he visto?
Y el gusanito contestaba:
-¡Aquí estoy, en la barriga del gallo Kirico que va a la boda del tío Perico!
Entonces, el agua se enfadó mucho y le dijo con su voz cantarina: Por mentiroso, ¡límpiate tú solo el focico!. Y el agua siguió río abajo.
Con prisa cruzó el puente el gallo Kirico y desde allí pudo ver a un zorro que estaba acechando las gallinas de un corral. Hacia allí dirigió sus pasos.
- Buenos dias gallo Kiriko, ¿Dónde vas tan tempranito, con tu cresta colorada, tu traje de plumas mas rico y de barro manchado el focico?
- Zorro, bebe el agua, que no quiso apagar el fuego, que no quiso quemar el palo, que no quiso pegar al lobo, que no quiso comer al perro, que no quiso correr a la oveja, que no quiso asustar al conejo, que no quiso comer la hierba, que no quiso limpiarme el focico para ir a la boda del tío Perico.
- La beberé si me dices dónde está gusanito, contestó el zorro, a lo que Kiriko replicó:
- No lo se, hoy no le he visto, y para disimular gritaba:
- ¡Gusano, gusanito! ¿Dónde estás que hoy no te he visto?
Y el gusanito contestaba:
-¡Aquí estoy, en la barriga del gallo Kirico que va a la boda del tío Perico!
Entonces el raposu dijo ¡ah, si?, ven, que yo te limpiaré el focico, y de un bocado, se zampó a Kiriko.
Y colorín colorao, este cuento se ha acabao
Este es uno de los finales de este cuento, otro podría ser así:
¡Qué desdichado era el gallo! Con su pico sucio no podría ir a la boda del tío Perico. Nadie le ayudaba. Se sentía muy solo. Triste y pensativo se sentó a la sombra de un árbol, cuando acertó a pasar por allí una linda muchachita.
- ¿Qué te ocurre, gallo Kiriko?
El gallo la miró y casi con lágrimas en los ojos le contó la verdad.
- Me he comido al gusanito, me manché el pico y nadie me lo ha querido limpiar, porque les mentía diciendo que no había visto a gusanito. Así que no podré ir a la boda del tío Perico, se lamentó el gallo.
- Yo te limpiaré, pero antes has de sacar el gusanito de tu barriga y prometerme no volver a mentir jamás.
- De acuerdo. Lo prometo, contestó Kiriko.
A continuación tosió y tosió hasta que por fin el gusanito salió.
-¡Ah! Por fin fuera, exclamó Gusanito.
La niña le limpió muy bien el pico y el gallo le dio un sonoro beso. ¡¡Kikirimuá!!
- Gracias, linda niña. Perdóname, gusanito. ¡Adiós, adiós!, me voy corriendo a la boda del tío Perico.
Y allá fue saltando, brincando y revoloteando el gallo Kiriko, mientras de su pico salían gritos de alegría: ¡Kikiriqui, kikiriqui ...!
Y colorín colorado este kikiricuento se ha acabado.
Otro final:
Entonces la muerte se fue a llevar al herrero, que se salió corriendo a romper el cuchillo, que brincó a pinchar al burro, que trotó a beberse al agua, que fluyó a apagar al fuego, que voló a quemar al palo, que rodó a pegarle al perro, que corrió morder al lobo, que saltó a matar a la cabra, que brincó a comerse la hierba, que deprisa deprisa le limpió el pico al gallo Kiriko, para que fuese a la boda del tío Perico.
Pero como se había entretenido tanto, llegó tarde cuando ya no quedaba carne y cuando vieron un gallo tan hermoso... Corriendo lo mataron y a la olla lo echaron.
Y todos comieron y a mi nada me dieron.
Este cuento es de tradición oral, junto con otros muchos, los recopiló Antonio Rodríguez Almodóvar en la colección "Cuentos de la media lunita"
Como habreis notado, puede ser tan largo como se quiera y tener tantos finales como oradores.
Que yo sepa, no hay ninguna edición en bable, simplemente tus padres dirian "focico" y otras muchas palabras en asturiano, porque era asturianos