Page 1 of 1

El fútbol en la maleta - Luis Argeo

Posted: Sun Aug 28, 2011 2:53 pm
by Art
[Art: gracias a Luis Argeo por enviarnos este artículo. ¡Buen hecho, home!]

El fútbol en la maleta

Un viaje a Nueva York llevó al escritor y cineasta Luis Argeo a descubrir curiosas y desconocidas biografías de emigrantes asturianos que alcanzaron el 'sueño americano' sin plantar palmera para demostrarlo

20.08.11 - 02:41 -
LUIS ARGEO

http://www.elcomercio.es/v/20110820/soc ... 10820.html


Todos los bares de Nueva York emitían los RMA-BAR porque el fútbol también gusta en los States. Durante un atasco en hora punta, recordé a mis amigos de www.asturianus.org y a sus familiares que jugaron al balompié en clubes como el Brooklyn Hispano o en equipos amateurs.

20-4-2011. Si alguien que nunca jamás hubiera visto un partido de fútbol, soccer, hubiera escogido abril para ponerse al día, habría llegado, al menos, a una conclusión: Barça y Real Madrid están hasta en la sopa. El partido de aquella tarde me pillaba fuera de la ciudad, al norte, upstate, en las inmediaciones de Woodstock, pueblo famoso por aquel macrofestival de música y barro. Sus vecinos, condenados desde entonces, mantienen el espíritu hippy de finales de los 60 a precio turista. Pffff. Pedí a James que parásemos a conocer su actual atmósfera orgánica. En su iPhone, de repente, sonó una alerta. Ale, su hijo adolescente, enviaba un mensaje para comunicarnos la victoria del Madrid. La Copa del Rey se iba a la capital. El sms terminaba con un emoticón triste. Ale simpatizaba con Xavi y el Barça.

Regresando a la ciudad, nos desmarcamos hacia aquellos emigrantes que traían consigo el fútbol en su maleta. Recordaba algunos nombres de origen asturiano que encontré hace años, mientras me documentaba para el guión de AsturianUS. Sus historias darían para una película, aunque no cupieran en la mía. Hubo quienes incluso llegaron a tocar el cielo, como Julius García Alonso, o como Prudencio 'Pete' García. En www.asturianus.org cuelgan historias sorprendentes de los pioneros del fútbol en los Estados Unidos.

La gente salía del trabajo cuando llegábamos a Manhattan. Llovía, y el tráfico nos atrapó entrando al Village por West St. Muy cerca de allí, apuntó James, se hallaban unos campos de fútbol flotando sobre el Hudson. Casi siempre con torneos de amiguetes.

Julius García Alonso nació en Luanco, y ya de niño pateaba balones de trapo a las afueras de Graselli (West Virginia). Veinte años después puso en marcha, con ayuda de su hermano, el Sporting Club de Canton (Ohio) y el Spanish Football Club de Donora (Pennsylvania). Su segunda etapa en los USA transcurrió en Brooklyn, NY, donde trabajó para una eléctrica y se arrimó al equipo de moda entre la colonia española de los años 30, el Brooklyn Hispano, que jugaba en la American Soccer League y que había conseguido varios campeonatos coperos años atrás. Julius, socio del club y con título de árbitro, debió de disfrutar con los goles de Fabri Salcedo, un delantero cántabro que dio el doblete (liga y copa) a los de Brooklyn en la temporada 42-43.

En medio del atasco que cercaba Washington Square llegó un nuevo sms al móvil. Esta vez, incluía vídeo: Sergio Ramos viendo cómo desaparecía su gloria bajo la rueda del autobús inglés que los paseaba hacia Cibeles.

El Brooklyn Hispano logró otro título de Copa al año siguiente, y su rival más directo, Brookhattan, se la llevaría en 1945. Años después, el empresario Eugene Díez se pondría al frente de este equipo, rebautizándolo con el nombre de Brookhattan-Galicia.

Desconozco la relación que Julius tenía con futbolistas de otros estados. El fútbol, como la patria o la lengua (¿acaso no son lo mismo?) funcionan como el pegamento. Como a Julius, la pasión por el fútbol llevó a Prudencio 'Pete' García a colgar las botas y seguir como árbitro profesional. Pete nació en Salinas, 1899, aunque exhibió su talento en el campo de Carondelet Park, St. Louis, Missouri. Ya de árbitro, llegó a cubrir la banda durante cinco partidos en el Mundial de Brasil 1950, entre ellos, un Suecia-España (3-1). Ambos están honrados en el National Soccer Hall of Fame, otro Olimpo deportivo norteamericano.

Todavía en el atasco, pregunté a James por su afición. Él sigue con interés los progresos de Ale -dos días más tarde tenía una prueba ante ojeadores de la selección nacional cadete-, y cuando toca ver fútbol se fija más en la Liga española que en la de su país. Eso me dijo. Y acabamos recordando una imagen más heroica que la pifia de Ramos: la nariz rota y ensangrentada de Luis Enrique en el Mundial de EE UU, 1994.

Julius no llegó a ver aquel codazo de cuartos de final. Falleció en 1988, feliz y reconfortado, quizás, al ver que no fue baldío todo su esfuerzo para que el fútbol en Estados Unidos dejara de ser un deporte de tuercebotas. Según cuenta su hija Barbara, Julius también hacía de intermediario y asistente en las giras que la ASL organizaba en los veranos de los años 50 para que clubes como el Manchester United o el Celtic de Glasgow se entretuvieran con equipos de todo el país. El fútbol fue el motor de su vida, no te llaman «Mr. American Soccer League» porque sí. En España, ese apodo resultaría ridículo.

Al Oeste de Woodstock se encuentra Oneonta, la localidad donde se ubicaba el National Soccer Hall of Fame. Un museo, oficinas y parafernalia futbolera adornaban la institución. Su principal distintivo era un gigantesco balón atravesando la pared del edificio. La falta de fondos provocó el cierre del Salón en 2010.

Caída la noche, pregunté al barman del hotel si conocía Oneonta. Su origen latino me invitó a pensar que le gustaría el fútbol. Ni Oneonta, ni Salón de la Fama, ni Brooklyn Hispano, respondió. A él lo que le gustaba era el béisbol. Y las propinas.