Artículo por inmigrante: Cómo progresa Asturias, 1919
Posted: Sun Mar 29, 2015 5:48 pm
[Art: Gracias a un amigo del foro, Armando Miguélez del Academic Language Institute (A.L.I.) por compartir este artículo.
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Art: Thanks to a friend of the forum, Armando Miguélez of the Academic Language Institute (A.L.I.) for sharing this article.]
Cómo progresa Asturias
por Manuel Menéndez
La Prensa, Nueva York, N.Y., 4-VII-1919
Cuando yo efectué mi segundo viaje a la tierra natal, después de una larga ausencia de veinte años, tuve inmensa satisfacción al observar que aquel pintoresco rincón de la noble España se había transformado notablemente durante mi larga ausencia. Nada falta en Asturias de cuanto es gala y ornato del extranjero. Mis ojos vieron sus adelantos y mi alma quedó extasiada ante la contemplación de tanta grandeza. Sin pretender descríbirla, pues me falta para ello los alientos del escritor, quiero enumerar sin embargo, algo que la pinta tal como es hoy.
La fábrica de cañones de grueso calibre de Trubia, es una factoría que nada tiene que envidiar, ni en maquinaria ni en obreros expertos, a las que todos conocemos aquí; la fábrica de fusiles de La Vega, en la cercanías de Oviedo, da la impresión de grandeza; la de pólvoras y dinamita de las montañas de Manjoya es la última expresión de la fabricación de explosivos modernos.
Son lujosas y de refinado gusto arquitectónico, las estaciones de los ferrocarriles del Norte Vasco-Asturiano y Económicos.
En Lugones, he podido advertir un gran adelanto industrial, en la fabricación de tuberías gres, en la de pólvoras, fundición de metales, porcelanas, tejas y otros mil productos.
Cuando prolongué mi visita hasta Mieres, vi minas de carbón y minerales de hierro por todas partes y en cantidades fabulosas; minas cuya explotación se hace a todo lujo, con máquinas tan perfectas, que apenas se necesita del hombre, como no sea para cuidar de su funcionamiento. En Turón, Aller, Pola de Lena, Pola de Laviana y muchos lugares más, las industrias están tan compactas, tan unidas, tan cerca de sí, que forman inmenso campo donde las actividades del astur se manifiestan con pujanza insuperable.
De esa riquísima zona está saliendo el carbón para la Armada española, para los ferrocarriles del Norte, para la marina mercante y para muchas fábricas de España.
Después estuve en Gijón, cuyo puerto Musel, recientemente terminado, es de los más hermosos del Atlántico español; visité sus grandes fábricas, “Gijón Industrial”, “Moreda-Gijón”, la de vidrios huecos y planos, papel, loza, espejos, litografías, conservas, sidra…
Avilés síguele en importancias con su puerto en San Juan de Nievas, sus fábricas numerosas de azúcar, conservas, embutidos, sus célebres jamones de mundial fama, y otros mil productos comerciales.
Aquí vi la recientemente inaugurada estatua de su esclarecido hijo el descubridor de la Florida, el famoso Pedro Menéndez de Avilés.
De Oviedo, la capital de Asturias, fundada por el rey Fruela I, ¿qué he de decir que no se sepa? Su catedral, verdadero monumento histórico, su famosa universidad, que ilumina con su ciencia, su novísimo seminario, sus hospitales y bancos, sus compañías industriales, su escuela de Artes y Oficios, sus ferrocarriles… Ya no se habla en Oviedo el dialecto del país; el más puro castellano lo ha reemplazado.
Asturias por su posición geográfica está llamada a un gran porvenir en la navegación de altura y por su clima a ser un verdadera Suiza española. Es la cuna de nuestra independencia es así mismo patria de los extintos genios don Gaspar de Jovellanos, el Conde de Toreno, Agustín Argüelles, Flórez Estrada, y de hombres tan ilustres en la actualidad como Suárez Inclán, Rodríguez San Pedro, Francos Rodríguez, Marqués de Lema, Melquiades Álvarez. etc.
Entre los héroes asturianos se cuentan: Rafael de Riego, el padre de la Constitución Española, sellada con su sangre, Villamil, muerto gloriosamente en Santiago de Cuba, general Ordóñez que dio su vida a la patria en Melilla, legándole el invento de los famosos cañones de su nombre el comandante Álvaro González, el heroico cabo naval.
Entre sus sabios figuran el padre Ceferino González Luanco, el gran químico, el higienista Rodríguez Méndez, don Adolfo Posada; y entre los hombres industriales que dan esplendor a Asturias, Zarracina, Villamande, Cifuentes, Florencio Rodríguez, los Alvargonzález y otros más.
No sigo en mis entusiasmos por mi patria chica. Perdone por lo difuso,
Paterson, junio
Manuel Menéndez
La Prensa, Nueva York, N.Y., 4-VII-1919
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Cómo progresa Asturias
por Manuel Menéndez
La Prensa, Nueva York, N.Y., 4-VII-1919
Cuando yo efectué mi segundo viaje a la tierra natal, después de una larga ausencia de veinte años, tuve inmensa satisfacción al observar que aquel pintoresco rincón de la noble España se había transformado notablemente durante mi larga ausencia. Nada falta en Asturias de cuanto es gala y ornato del extranjero. Mis ojos vieron sus adelantos y mi alma quedó extasiada ante la contemplación de tanta grandeza. Sin pretender descríbirla, pues me falta para ello los alientos del escritor, quiero enumerar sin embargo, algo que la pinta tal como es hoy.
La fábrica de cañones de grueso calibre de Trubia, es una factoría que nada tiene que envidiar, ni en maquinaria ni en obreros expertos, a las que todos conocemos aquí; la fábrica de fusiles de La Vega, en la cercanías de Oviedo, da la impresión de grandeza; la de pólvoras y dinamita de las montañas de Manjoya es la última expresión de la fabricación de explosivos modernos.
Son lujosas y de refinado gusto arquitectónico, las estaciones de los ferrocarriles del Norte Vasco-Asturiano y Económicos.
En Lugones, he podido advertir un gran adelanto industrial, en la fabricación de tuberías gres, en la de pólvoras, fundición de metales, porcelanas, tejas y otros mil productos.
Cuando prolongué mi visita hasta Mieres, vi minas de carbón y minerales de hierro por todas partes y en cantidades fabulosas; minas cuya explotación se hace a todo lujo, con máquinas tan perfectas, que apenas se necesita del hombre, como no sea para cuidar de su funcionamiento. En Turón, Aller, Pola de Lena, Pola de Laviana y muchos lugares más, las industrias están tan compactas, tan unidas, tan cerca de sí, que forman inmenso campo donde las actividades del astur se manifiestan con pujanza insuperable.
De esa riquísima zona está saliendo el carbón para la Armada española, para los ferrocarriles del Norte, para la marina mercante y para muchas fábricas de España.
Después estuve en Gijón, cuyo puerto Musel, recientemente terminado, es de los más hermosos del Atlántico español; visité sus grandes fábricas, “Gijón Industrial”, “Moreda-Gijón”, la de vidrios huecos y planos, papel, loza, espejos, litografías, conservas, sidra…
Avilés síguele en importancias con su puerto en San Juan de Nievas, sus fábricas numerosas de azúcar, conservas, embutidos, sus célebres jamones de mundial fama, y otros mil productos comerciales.
Aquí vi la recientemente inaugurada estatua de su esclarecido hijo el descubridor de la Florida, el famoso Pedro Menéndez de Avilés.
De Oviedo, la capital de Asturias, fundada por el rey Fruela I, ¿qué he de decir que no se sepa? Su catedral, verdadero monumento histórico, su famosa universidad, que ilumina con su ciencia, su novísimo seminario, sus hospitales y bancos, sus compañías industriales, su escuela de Artes y Oficios, sus ferrocarriles… Ya no se habla en Oviedo el dialecto del país; el más puro castellano lo ha reemplazado.
Asturias por su posición geográfica está llamada a un gran porvenir en la navegación de altura y por su clima a ser un verdadera Suiza española. Es la cuna de nuestra independencia es así mismo patria de los extintos genios don Gaspar de Jovellanos, el Conde de Toreno, Agustín Argüelles, Flórez Estrada, y de hombres tan ilustres en la actualidad como Suárez Inclán, Rodríguez San Pedro, Francos Rodríguez, Marqués de Lema, Melquiades Álvarez. etc.
Entre los héroes asturianos se cuentan: Rafael de Riego, el padre de la Constitución Española, sellada con su sangre, Villamil, muerto gloriosamente en Santiago de Cuba, general Ordóñez que dio su vida a la patria en Melilla, legándole el invento de los famosos cañones de su nombre el comandante Álvaro González, el heroico cabo naval.
Entre sus sabios figuran el padre Ceferino González Luanco, el gran químico, el higienista Rodríguez Méndez, don Adolfo Posada; y entre los hombres industriales que dan esplendor a Asturias, Zarracina, Villamande, Cifuentes, Florencio Rodríguez, los Alvargonzález y otros más.
No sigo en mis entusiasmos por mi patria chica. Perdone por lo difuso,
Paterson, junio
Manuel Menéndez
La Prensa, Nueva York, N.Y., 4-VII-1919