Los niños de hoy se crían entre algodones... Si naciste después de 1979 será mejor que no sigas, pero si fuiste niño en los años 50, 60 o 70 sigue leyendo.
Visto en retrospectiva, es increíble cómo pudimos sobrevivir tanto tiempo.
De pequeños viajábamos en coche sin cinturón de seguridad y sin airbags.
Nuestras cunas estaban pintadas con pinturas brillantes llenas de plomo y cadmio.
Podíamos abrir sin problemas los frascos de medicamentos.
Las puertas los armarios eran una amenaza permantente para nuestros dedos.
Nunca llevábamos casco en bici.
Bebíamos agua del grifo y no embotellada.
Hacíamos coches con cajas de cartón y nos dábamos cuenta durante la primera carrera cuesta abajo que no habíamos puesto frenos. Después de unos cuantos accidentes ya no nos hacían falta.
Salíamos a jugar por la mañana y no volvíamos en todo el día, hasta que oscurecía.
Nadie sabía dónde estábamos y no llevábamos teléfono móvil.
Nos cortábamos, nos rompíamos los huesos y los dientes y no se demandaba a nadie. Eran accidentes. Nadie tenía la culpa más que tú mismo.
Nos peleábamos, luchábamos y nos machacábamos con asiduidad. Nuestra vida era así y nos aguantábamos, porque a los adultos no les interesaba. Es más, nos ofrecían más hostias si llegábamos a casa llorando porque nos habían pegado.
Comíamos galletas y pan con dos dedos de mantequilla, bebíamos mucho y no engordábamos.
Bebíamos todos de una botella y nadie moría de las secuelas.
No teníamos ni Playstation, Nintendo 64, X-Box, Videojuegos, 64 canales de televisión, DVD, sonido Surround, televisor propio, ordenador, chats de internet.
Teníamos amigos.
Salíamos de casa y nos encontrábamos en la calle sin más. O simplemente íbamos a casa de ellos y picábamos. A veces no teníamos ni que picar, entrábamos sin más. Sin pedir cita, anunciarse por teléfono y sin que lo supieran nuestros padres. Nadie nos llevaba y nadie nos recogía.
Inventábamos juegos con palos y piedras y comíamos merucos, aunque las profecías no se cumplieron: los merucos no siguieron viviendo en nuestros estómagos para siempre jamás y con los palos tampoco sacamos muchos ojos.
Cuando jugábamos al fútbol, sólo dejábamos jugar a los buenos, los que eran malos no jugaban y tenían que aprender a aguantar su frustración.
Algunos alumnos no eran tan listos como otros. Suspendían exámenes y tenían que repetir curso. Esto no llevaba a drámaticas reuniones de los padres con los profesores ni a cambiar las calificaciones.
Nuestros actos a veces tenían consecuencias. Eso lo teníamos claro y nadie se podía escaquear. Cuando te metías en un lío, estaba claro que tus padres no te iban a sacar del atolladero. Al contrario, incluso opinaban igual que los maestros o incluso la Policía.
Nuestra generación produjo un montón de inventores e innovadores capaces de resolver problemas y dispuestos a asumir riesgos.
Teníamos libertad, fracasos, éxitos y responsabilidad, y sabíamos cómo manejarlo. Si eres uno de nosotros...¡Felicidades!
--------------------------------------------------------------------------------
Children today are being pampered too much... If you were born after 1979 then you may want to exit, but if you grew up in the 50’s, 60’s and 70’s then read on.
Looking back, it seems incredible how we could survive for so long.
We used to ride in the car without safety belts and airbags.
Our cradles were painted in bright colours with lead and cadmium-loaded paints
We could open medicine bottles without any problems
The doors and the cabinets were a constant threat to our fingers
We never wore a helmet when riding a bike.
We drank tap water, not bottled water.
We made soap-box cars and realized we had forgotten the brakes on the first down hill race. After a few accidents they were no longer required.
We went out to play in the morning and didn’t go back home until it got dark.
Nobody knew where we were and we had no cell phones.
We cut ourselves, broke our bones and busted our teeth and nobody got sued. They were accidents. It was nobody’s fault but your own.
We argued, fought and clobbered eachother regularly. Our life was like that and we lived with it, because grownups weren’t interested. What’s more, we were offered to get our ears boxed for taking a beating and coming home crying.
We ate bread and cookies with two inches of butter on them and never got fat.
We all drank from one bottle and nobody died from the sequels.
We had no Playstation, Nintendo 64, X-Box, videogames, 64 TV channels, DVD, Dolby Surround System, our own TV, computer, Internet chats.
We had friends.
We went outside and met with our friends without just like that. Or we simply went to their house and knocked on the door. Sometimes we didn’t even have to knock, we just walked in. Nobody took us there and nobody picked us up.
We made up games with sticks and stones and ate rainworms, and despite the prophecies neither did they live on in our stomachs forever after, nor did we poke out that many eyes with those sticks.
When we played football we only let the good ones play, the bad ones didn’t get to play and had to learn to put up with frustration.
Some students were not as smart as others. They flunked exams and had to repeat the course. That did not lead to dramatic meetings between our parents and teachers or to the modification of grades.
Our actions sometimes had consequences. We knew that and nobody could get away with anything. When you got yourself in a mess, you knew your parents were not going to get you out of it. On the contrary, they even held the same opinion as the teachers or even the cops.
Our generation produced a vast number of inventors and innovators, capable of solving problems and ready to run risks. We had freedom, failures, successes and responsibilities and we knew how to deal with it all. If you are one of us ...Congratulations!
Those were the days!/ Qué tiempos aquéllos
Moderator: Moderators
respuesta
Nací en los 60, soy maestra y estoy totalmente de acuerdo contigo. Suspendíamos, repetíamos, nos castigaban..., y no conozco ningún traumatizado por ello.
Veremos que pasa con los niños de hoy, cuando les digan que no (Primero o después sucederá), cuando llegue el momento que se tengan que enfrentar a las consecuencias de sus actos (también llegará el momento en que esto suceda)..., entonces si que habrá traumatizados, ya que no adquirieron de pequeños, las habilidades suficientes para saber enfrentarse a los problemas que la vida va a poner a su paso.
Veremos que pasa con los niños de hoy, cuando les digan que no (Primero o después sucederá), cuando llegue el momento que se tengan que enfrentar a las consecuencias de sus actos (también llegará el momento en que esto suceda)..., entonces si que habrá traumatizados, ya que no adquirieron de pequeños, las habilidades suficientes para saber enfrentarse a los problemas que la vida va a poner a su paso.
una enamorada d'asturies